El Congreso de Cuidados Cardíacos Agudos de 2013 es la reunión anual de la Asociación de Cuidados Cardíacos Agudos (ACCA) de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC). Se celebra entre el 12 y el 14 de octubre en Madrid, España.
La Dr. Zoi Aggelopoulou, enfermera y uno de los autores del estudio, explica: "Las enfermeras de nuestra unidad de cuidados coronarios observaron que los pacientes tenían menos probabilidades de sufrir otro ataque al corazón, morir o regresar al hospital cuando hablábamos con ellos sobre su tratamiento, tocábamos música para ellos o ayudábamos a los pacientes religiosos a rezar sus oraciones. Esto nos hizo pensar que la cardiopatía coronaria no es solo física, sino que tiene también un componente psicológico".
Añade:
"Queríamos averiguar si otras personas habían observado lo mismo y si el apoyo psicológico tenía efectos reales sobre los resultados de pacientes con cardiopatía coronaria".
El estudio actual fue un metaanálisis de nueve estudios controlados y aleatorizados. Los investigadores evaluaron si las intervenciones psicológicas podían mejorar los resultados de los pacientes con cardiopatía coronaria en combinación con un programa de rehabilitación convencional.
Los investigadores observaron que la inclusión de intervenciones psicológicas redujo la mortalidad y los acontecimientos cardiovasculares en un 55% después de dos años o más (riesgo relativo [RR]=0,45, intervalo de confianza 95% [IC]=0,37-0,54, p<0,001). Los beneficios no fueron significativos durante los dos primeros años (RR=0,77, IC 95%=0,55-1,09, p=0,145).
La Dra. Aggelopoulou afirma:
"Observamos grandes beneficios de las intervenciones psicológicas después de dos años, pues menos pacientes morían o sufrían un acontecimiento cardiovascular y, por lo tanto, menos repetían los ingresos hospitalarios. Las intervenciones incluían hablar con los pacientes y sus familias sobre los problemas que les preocupaban, ejercicios de relajación, musicoterapia y ayudarles a rezar sus oraciones".
Añade: "Los pacientes quieren saber qué les pasará cuando salgan del hospital, si podrán o no tener relaciones sexuales y cómo tomar su medicación. Nuestra investigación muestra que darles información y tranquilizarles reduce la probabilidad de que mueran o sufran otro ataque cardiaco. Los pacientes pueden fomentar esta nueva cultura de información haciendo más preguntas y comprometiéndose más con las decisiones sobre su tratamiento".
Los estudios de base poblacional han demostrado que los factores psicológicos pueden influir en la probabilidad de sufrir un ataque cardiaco en primer lugar. Los factores incluyen depresión, aislamiento social, bajo estatus socioeconómico y estrés crónico, por ejemplo, ansiedad laboral o conyugal y estrés derivado de la atención sanitaria.
La Dra. Aggelopoulou afirma:
"Los resultados de nuestro estudio refuerzan la evidencia de que los factores psicológicos desempeñan un papel importante en las dolencias cardiacas. No solo influyen en el riesgo de tener un ataque cardiaco, sino que también afectan a las perspectivas de futuro de un paciente que ha sufrido un acontecimiento cardiovascular. Esto respalda nuestra opinión de que la enfermedad cardiovascular no es solo una enfermedad física, sino que tiene un importante componente psicológico".
Los investigadores concluyeron que las intervenciones psicológicas debían incorporarse a la rehabilitación de los pacientes con cardiopatía coronaria. La Dra. Aggelopoulou afirma: "Son necesarias más ensayos clínicos para determinar qué intervenciones son más eficaces y el mejor modo de aplicarlas".
Concluye: "Podemos ayudar a nuestros pacientes solo con hablarles o introduciendo elementos nuevos en nuestra práctica clínica, por ejemplo, la musicoterapia. Las unidades coronarias son lugares ajetreados. En Grecia a veces tenemos 1 o 2 enfermeras para 10-20 pacientes en la unidad de cuidados coronarios y no disponemos de tiempo. Pero nuestro descubrimiento de que la incorporación del apoyo psicológico como complemento de las terapias fisiológicas reduce la mortalidad y los acontecimientos cardiovasculares en un 55% debe suponer una llamada de atención sobre que estas intervenciones realmente funcionan. Evitar los ingresos hospitalarios repetidos nos permitiría disponer del tiempo que necesitamos para aplicarlas".